Somos Casablanca
Conoce la historia de nuestra comuna
Los primeros habitantes del valle de Casablanca eran pequeños grupos nómadas que se alimentaban de recolección y caza. La Cultura Bato (200 A.C. – 900 D.C.) introdujo la horticultura y la cerámica, viviendo de manera trashumante. La Cultura Aconcagua (900 D.C. – 1536) desarrolló la agricultura y la domesticación de animales. Con la expansión del imperio Inca en 1470 D.C., se integraron a una red comercial más amplia y se implementaron tecnologías como el arado y la domesticación de llamas y alpacas. La llegada de los españoles y su asentamiento en 1540, seguido por la fundación oficial de Casablanca en 1753, promovió el desarrollo económico con la introducción de nuevas prácticas agrícolas, el establecimiento de grandes estancias y la consolidación de la economía agrícola y ganadera.
Durante la época de la independencia de Chile, Casablanca se convirtió en un importante punto estratégico, siendo escenario de diversas batallas y conflictos. En el siglo XIX, con la llegada de la industria vitivinícola, la comuna experimentó un gran auge económico y cultural, convirtiéndose en uno de los principales productores de vino del país.
La combinación única de factores climáticos y geográficos, como la cercanía al mar y la influencia de la niebla matinal, crean un microclima ideal para el cultivo de uvas de alta calidad. Esta ventaja natural atrajo a viticultores visionarios que vieron el potencial de la región para la producción de vinos finos.
La comuna es un destino ideal para los amantes del vino, la naturaleza y la cultura, y ofrece una experiencia turística completa para todos los gustos.





Experiencias que te conectarán con la naturaleza y un rico patrimonio cultural.

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